Última actualización: 20010312

Diseño: Rodrigo "Alley'Gator" Hunrichse

Artículo de Diario EL MERCURIO (digital) del 20010116

Sección Deportes

"Hemos hecho una labor planificada con los preparadores físicos (Martín Carrasco y Carlos Schwarzenberg hijo), que nos ha permitido pasar por encima de los rivales en los últimos cuartos", comenta el DT del campeón.

Carlos Schwarzenberg: "La selección nunca me ha quitado el sueño"

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El entrenador de Provincial Osorno sostiene una postura crítica respecto al nivel del básquetbol nacional, pese a que ve una senda de desarrollo a través del proyecto llevado adelante con los Toros.

Javier Piñeiro Dávila

Estaba pasado a champaña, porque fue salpicado por el festejo loco de sus jugadores. Se le notaba exhausto, también, pero con la tranquilidad de haber cumplido con una de las metas trazadas para la campaña 2000-01 de Provincial Osorno.

Carlos Schwarzenberg, el entrenador del flamante bicampeón de la Dimayor, vive su momento de gloria y no niega que siente el reconocimiento a la labor que desarrolla desde hace casi un lustro con los Toros.

"Hemos cambiado muchas cosas en el básquetbol chileno", reflexiona el director técnico, orgulloso de que su quinteto haya perdido apenas un partido como visita en toda la liga.

- ¿Cómo se estructuró el proceso?

"Tomé el equipo el '96. Conformaba una dupla técnica con Waldemar Rosenberg y nos fue bastante bien. Recuerdo que salimos terceros en el Campeonato de Apertura. Después ocurrieron algunos problemas que me llevaron a renunciar. Se quedó mi colega solo, pero también renunció. En ese momento no había una claridad en los objetivos".

- ¿A qué alude con eso?

"Se privilegiaba al jugador sobre el cuerpo técnico. Y eso no puede ser. Se le rendía pleitesía a los basquetbolistas extranjeros, que son unos trabajadores más, iguales que los chilenos. Cuando les pedía algo o los sentaba en la banca por malas conductas, me encontraba con dirigentes que me decían que no estaban dispuestos a tener tanta plata en la banca. Y eso no puede ser... Después me llamó otro grupo de dirigentes, todos profesionales, que entendió de qué se trataba esto. Me dieron tiempo y ahora están cosechando triunfos".

- ¿Por qué Osorno ha llegado a convertirse en una fuerza hegemónica en Chile?
"El secreto ha estado en tener un buen grupo de jugadores. Pienso que todo pasa por un respeto mutuo, por que los jugadores crean en lo que tú entregas. Ellos se han dado cuenta de muchas cosas y a veces me han dicho después esto era como usted decía. Así, a golpes, empezaron a aprender y ahora son capaces de terminar un partido sin que tenga que pedir un minuto para ordenar. Eso habla muy bien de ellos".

- ¿Cómo evalúa el nivel demostrado durante la temporada por los equipos en la Dimayor?

"En algunos puntos hubo desarrollo. Pero lamento lo que sucedió en la UDE, con problemas de antibásquetbol que no pueden repetirse. Tampoco me gusta haber escuchado, y ojalá que no sea cierto, que Manuel (Herrera) no seguiría a cargo de Español. Eso me da una gran tristeza. Es un profesor, como yo, al que debiera respetársele su trabajo. La eliminación del equipo de Talca no pasó por el técnico. Vi los videos de sus partidos y fueron otras cosas... Veo ripios en nuestro básquetbol, los mismos de siempre. Pienso que Provincial Osorno está señalando un camino de claridad. Estamos haciendo lo que hacen los americanos, que nacieron con este juego".

- ¿Qué puede esperarse de este Osorno en la Liga Sudamericana?

"Hay que despertar de este título. Estamos contentos, pero ya terminó. Hay que estar tranquilos y reconocer que hay que retomar la misma senda para trabajar con pantalones largos para la Liga. Afuera ya dimos un buen espectáculo (Sudamericano de Clubes Campeones), que fue mucho más reconocido a nivel internacional que en Chile".

- Los jugadores decían que les vendrán muy bien los días libres que gozarán luego de obtener el bicampeonato...

"Tenemos muchos partidos encima y fue necesario hacerlo. De todas formas, pienso que hemos sido inteligentes, porque hemos sabido dosificar. Nuestras prácticas, por ejemplo, no son puro básquetbol. Hemos estado realizando deportes auxiliares para sacarnos un poco el básquetbol de la cabeza".

- ¿Qué va a pasar con este grupo después de la Liga?

"Viene toda esta improvisación del básquetbol chileno por el Sudamericano, que no sé en qué va a terminar. Eso es un trago amargo en estos momentos. Veía al Sudamericano como la gran oportunidad para mostrar otra cara del básquetbol, como la que nosotros estamos señalando. Pero se va a volver al pasado, a las cosas de última hora, a equipitos del fin de semana. Debiéramos haber estado trabajando juntos desde hace rato, para que no se repita eso de juntarse a última hora. Esas son las cosas que la cabeza de la dirigencia tiene que hacer bien. Pero cuando quienes están a cargo del buque hacen las cosas mal, se hunde. Tenemos buenos jugadores, pero hay que entender que los triunfos no vienen de la noche a la mañana".

- Ya lleva dos años seguidos al tope... ¿No piensa en dirigir la selección?

"La selección nunca me ha quitado el sueño, se lo digo muy sinceramente. Soy un profesor de colegio, que lleva 30 años trabajando en esto. Me preocupa mucho tener un grupo de trabajo de excelencia, tener metas altas. Si la selección fuese una meta alta, a lo mejor algún día podré llegar a ella. Pero antes van a tener que arreglarse muchas cosas".

- Varios jugadores planteaban la conveniencia de que usted y Cipriano Núñez (DT de U. de Concepción) hubiesen conformado una dupla a cargo de la selección. Planteaban que se podría haber aprovechado el tiempo y el trabajo...

"Era una solución de parche, pero mejor que la que se está tomando en estos momentos. Cualquiera de los dos podría haber sido. Cipriano tiene el mismo lenguaje de básquetbol que yo. Pero las cosas están dadas de otra forma y hay que respetar el trabajo ajeno, en este caso, de Juan Morales".

Por Javier Piñeiro Dávila


Una neta superioridad

Después de sufrir lo indecible frente a Petrox, que lo eliminó en tres playoffs consecutivos (del '96 al '98), Provincial Osorno inició una espectacular racha, que lo vio erigirse en el mejor equipo de las dos campañas precedentes, en las que dominó la fase inicial y seis series consecutivas de postemporada.

La gran carta individual del bicampeonato ha sido el norteamericano Eric Anthony Brown, que encabezó las estadísticas del conjunto en dos de las tres categorías más importantes del juego (ver infografía).

Si bien sus marcas no llegaron a compararse con las de su compatriota Victor Alexander (Deportivo Valdivia), no es menos cierto que el poste de los Toros debió encajar en un esquema en que, aunque era la primera opción de tiro, contaba con muchas otras manos confiables.

Patrick Sáez fue uno de esos soportes. El base penquista creció una enormidad durante la temporada que acaba de culminar. Se mostró más maduro, fue el indiscutido principal responsable del armado y acabó como segundo mejor anotador del quinteto.

Lo interesante del cuadro que apeló tanto a defensas hombre a hombre como zonales fue que consiguió que sus dos refuerzos del 2000 engranaran con rapidez. Por tal motivo, Galo Lara (que se conoce de memoria con el conductor, con quien se formó en Petrox) y Pablo Coro (fundamental bajo la tabla) resultaron decisivos.

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