Artículo de Diario EL MERCURIO del 20010205

Última actualización: 20010609

Artículo de Diario EL MERCURIO (digital) del 20010205

Sección deportes

Patricio Briones: "También quiero transparencia"

[FOTO DE PATRICIO BRIONES]
"Me da tristeza escuchar que elementos que han tenido un año redondo, como Pablo Coro, no vayan a estar", dice Briones, hombre de 2,12 metros y 118 kilos.
Desde Argentina, el último capitán de la selección nacional de básquetbol envía un público respaldo a la postura de Roland Fritsch y de otros compañeros en torno al manejo del proceso de preparación para el Sudamericano de Valdivia.

Javier Piñeiro Dávila

La frase "no quiero polemizar, pero...", tan recurrente en los seres humanos, salta otra vez a la palestra, ahora en la voz de Patricio Briones.

Y no es que el poste chileno de Pico FC, equipo de la Liga Nacional Argentina, se muestre disconforme con alguna arista de su presente en el duro torneo trasandino.

"No he visto demasiada acción en los últimos partidos, porque el equipo ha estado privilegiando el juego exterior. He jugado un par de cuartos por noche, pero en los próximos dos encuentros debiera tener más minutos. No estoy descontento, todo lo contrario. Pero quiero empezar a figurar más fuerte", señala el pívot.

En el arranque de la fase A-2 de la LNB (en donde intervienen los ocho peores ubicados de la ronda inicial), el conjunto de La Pampa suma una derrota (90-87 contra Obras Sanitarias) y un triunfo (90-73 en el clásico contra Independiente).

El duelo frente a sus vecinos fue el jueves y "El Decano" sólo volverá a presentarse el miércoles 7, contra Gimnasia y Esgrima de Comodoro Rivadavia (rival de Provincial Osorno en la VI Liga Sudamericana), al que define como un cuadro "difícil, con una buena pareja de extranjeros y triplistas peligrosos".

Por ello, el chileno disfrutó el fin de semana de un breve paréntesis deportivo, que aprovechó para arreglar el departamento que acaba de entregarle el club y compartir con su esposa, Carolina Riquelme, que viajó desde Concepción y estará junto a él hasta fin de mes.

Pero, está dicho, no todo es un mar de calma para Briones. El "5" se muestra muy alarmado, aunque no sorprendido, por la ola de renuncias a la selección nacional, que será anfitriona en el Sudamericano de Valdivia, y de la que fue capitán en el de Bahía Blanca (1999).

Al enterarse de que Pablo Coro, Patrick Sáez, Patricio Arroyo y Jorge Soto, de Osorno; Víctor Zamora, de Español; y Mauro Salinas, de la UDE, han decidido automarginarse del proceso que encabeza Juan Morales, el tono de su voz cambia en forma radical.

"No quiero polemizar, pero esto es muy lamentable, porque se supone que son jugadores trascendentes. En Chile no hay un universo de talentos para decir que son dispensables. Los cuatro de Osorno marcan diferencias y tienen un training distinto. Son campeones de la Dimayor, han estado en Sudamericanos de Clubes y en Liga Sudamericana. Si son indeclinables, pienso que tendrán sus motivos", comenta.

Soto y Arroyo adujeron lesiones; Coro priorizará su trabajo como ingeniero y Sáez sus estudios de educación física...

"Lo de Pablo es totalmente comprensible. Lo de las lesiones es más tratable, aunque también reviste una delicadeza. Pero queda mucho todavía. Es triste saber que los muchachos no quieran participar, considerando que se jugará en Valdivia".

¿Qué mensaje les enviaría a sus compañeros de preselección?

"Más que un mensaje, es decirles que esta es una oportunidad única y que tenemos que trabajar duro. Hay que estar entre los cuatro primeros. Es así de simple. Si hay que arriesgar algo, esta es la oportunidad, porque antes no teníamos una motivación tan linda como es jugar en casa, con un gimnasio lleno, con nuestra comida, en una cancha conocida".

Hay jugadores, como Roland Fritsch y Rodrigo Zúñiga, de la U. de Concepción, que no han renunciado aún, pero que han planteado la imperiosa necesidad de que el proceso se maneje con transparencia por parte de la Federación y el cuerpo técnico... ¿Qué piensa de eso?

"Yo también quiero transparencia. Eso es lo mínimo. Siempre la he pedido. Quiero que las cosas sean claras, lo que significa que el trabajo sea realizado como se planeó; que si hay una cantidad x de recursos, se optimice; que se utilice todo en beneficio del equipo. Lo que dice Roland es importante".

¿Le parece, entonces, que los jugadores conozcan lo que la Federación hace con el dinero durante el proceso?

"Y no sólo los jugadores. Debiera haber un representante nuestro al tanto de eso. Nosotros nos tenemos que preocupar de jugar, pero sería saludable que alguien nos mantuviera al tanto".

¿Cuál será su disposición para integrar la selección?

"Total. No podré estar en algunos partidos y entrenamientos, pero mi presencia es segura. En Argentina estoy en una competencia de buen nivel y eso me puede ayudar a estar bien. Gracias a Dios, mi preparador físico, Orlando Torres, es el mismo de la selección. Y él ha previsto lo que voy a tener que hacer".

¿Por qué cree que se producen tantas renuncias al equipo?

"¡Uf! Yo creo que la historia nos mata. Eso desmotiva y genera desconfianza. Nunca me he querido referir de lleno al tema, pero estando afuera uno se da cuenta cómo se hacen las cosas en otros países. Si Roland u otro muchacho dice oye, necesitamos un poquito más de información, lo entiendo. Muchas veces en las selecciones que he estado, sólo se sabe que hay un viático y nada más. La última vez, eso sí, hubo un seguro de vida. Se ha ido avanzando de a poquito y los muchachos, quizás, están un poco cansados de eso...".

¿Por qué nunca ha querido hablar mucho del tema?

"Siempre he sido abanderado de una cosa: jugar por la selección. Hay un montón de factores que uno deja de lado para jugar, como la escasa organización y los pocos recursos. Hablar del tema, ya es agrio...".

¿Cree que Miguel Herrera, el presidente de la Federación, es un dirigente confiable? Porque varios jugadores han dicho que les merece dudas...

"Nunca he tenido barra con nadie y he tenido diferencias con casi toda la gente. Conozco la realidad y prefiero jugármela por la selección".

Por Javier Piñeiro Dávila

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