Última actualización: 20010610
Diseño: Rodrigo "Alley'Gator" Hunrichse
Artículo de Diario EL MERCURIO (digital) del 20010223
Sección deportes
Valdivia, 24 años después
Hélio Rubens, que hace una semana estuvo en Osorno como DT de Vasco da Gama, fue una de las máximas figuras del Brasil campeón de 1977, que ganó sus ocho partidos en Valdivia.
La esperanza de buenos resultados para la selección chilena, que actuaba como local en el Sudamericano de 1977, pronto chocó con la realidad: remató sexta entre nueve equipos y desilusionó a los aficionados que acudieron a la misma ciudad donde este año se escenificará la cita subcontinental.
Juan Esteban Codelia C.
"El técnico estadounidense Randy Knowles era muy estricto. Nos tenía concentrados y no nos permitía deslices. Ahí apareció Fernando Ziegele - padre de Felipe, actual jugador de Liceo Mixto de Los Andes, e integrante del plantel de Chile '77- , quien nos invitó a comer un asado en un fundo cercano a la ciudad. Como buenos chilenos, no podía haber asado sin un poco de vino. Fue todo el equipo y nos hicieron probar la chicha de manzana. Error. Los problemas digestivos plagaron al plantel. Knowles notó que algo raro había pasado, pero por suerte no supo de qué se trataba".
La anécdota, relatada por Manuel Herrera, el conductor del último equipo chileno que participó como local en el Sudamericano Adulto de Básquetbol 1977, sirve para reflejar el período exacto en que se enmarcó la participación criolla en la justa subcontinental: la transición entre el baloncesto plenamente aficionado y el naciente semiprofesionalismo.
El director técnico norteamericano, que hoy se encuentra radicado en España, hacía sus primeras armas desde la banca e intentó, como gran novedad, aplicar un sistema táctico definido en desmedro de la tan manida estrategia de ocupar las virtudes de cada uno de sus jugadores.
"Muchos basquetbolistas inventaban jaquecas o se hacían los enfermos para sacarse de encima los duros entrenamientos, pero no había caso. Era jodido el gringo y muy cuadrado en sus posturas. Nunca cambió el esquema y las prácticas siempre eran iguales", ratifica Ziegele, por entonces alero del club Phoenix de Valdivia.
El cambio y la llamada rigidización del juego fue resistida por los jugadores y la prensa, pese a lo cual Valdivia recibió con el Coliseo Municipal casi repleto las presentaciones nacionales. Chile venía de culminar una etapa de tres años con el técnico estadounidense Dan Peterson, proceso considerado por muchos como inédito en los tabloncillos criollos.
"El equipo que jugó en Valdivia estaba formado sobre la base de lo que había hecho Peterson los años anteriores. Él fue una especie de revolucionario, el segundo que tuvo el país después de Kenneth Davidson (campeón sudamericano con Chile en 1937), y con él logramos la madurez basquetbolística mucho más temprano que lo normal. Provocó un cambio en la estructura dirigencial y tenía dedicación completa a este trabajo", recuerda Herrera.
El quinteto nacional realizó en 1974 una gira por Estados Unidos, en la que enfrentó a elencos universitarios y de escuelas secundarias, lo que permitió robuster al equipo, en la parte individual y sicológica. "Se formó una élite de jugadores que llegó al Sudamericano, aunque ahora de la mano de Randy", comenta el ahora DT de Español de Talca.
Pero Knowles varió el dibujo táctico del equipo y optó por utilizar un sistema de juego al que nadie estaba acostumbrado: "El básquetbol, en ese entonces, se desarrollaba a lo que cada uno podía rendir. Tuvimos que adaptarnos rápidamente, porque muchas veces jugábamos muy esquematizados y no como era nuestra idiosincrasia", prosigue el retirado armador.
Y el choque fue demasiado violento. El equipo parecía un robot de torpes movimientos y no extrañó que cayera en el debut: Uruguay se impuso 76-49.
"No teníamos una mala defensa en el torneo. De hecho, era nuestra mejor zona, pero el problema era que nos faltaba chispa y velocidad. Nuestros hombres en ofensiva eran bajos y nunca pudieron recibir balones en buena posición", resume Ziegele.
Luego del revés inicial vinieron tres triunfos que abrieron la ilusión, por los resultados más que por el juego, contra Bolivia, Paraguay y Colombia (el más aplaudido), pero sería todo. Luego se sumaron las derrotas ante Perú, Brasil, Argentina y Venezuela (ver infografía). El sexto lugar fue el justo premio a un muy mal juego.
"En Valdivia se sabe de básquetbol y comprendieron de inmediato que teníamos muy poco que hacer. Era como enfrentar una citroneta con un fórmula uno... De todas formas pudimos haber llegado más arriba, pero fallamos", acota Ziegele.
Triste realidad
Los veteranos del '77 no tienen muchas esperanzas de lo que pueda hacer Chile en el Sudamericano de 2001, que tendrá el mismo escenario que los albergó hace 24 años. La renuncia masiva de jugadores a la selección, a su juicio, provocará una grave sangría en la cancha.
Herrera cree que existen dos vías de solución para el conflicto que viven los jugadores con la Federación de Básquetbol de Chile.
"Uno de los caminos es imposible: cambiar toda la estructura dirigencial. El otro es que los jugadores acepten las condiciones tal como están y, más que nada por amor a la camiseta, se integren y hagan el esfuerzo de demostrar que en el básquetbol chileno no estamos tan bajos a nivel sudamericano. También eso es muy difícil, así es que estamos en un callejón sin salida".
Ziegele, en tanto, no tiene ninguna esperanza en el rendimiento de Chile: "Primero porque el entrenador Juan Morales no dirigió nada el año pasado y tiene malos antecedentes con su trato a los jugadores, a lo que se agrega la poca transparencia general... En todo caso, ojalá se peleen los encuentros y no sea un desastre".
En julio sabrá si Valdivia es territorio apto para revanchas.
Hélio Rubens:
"Fuimos los mejores"
Muy buenos recuerdos de su paso por Valdivia 1977 tiene el actual director técnico del seleccionado brasileño de básquetbol - y en ese entonces base del Scratch- , Hélio Rubens Garcia.
"Fuimos muy bien recibidos por todos allá en Chile, especialmente por las mujeres y las señoritas, quienes nos hicieron sentir como en casa. Fue un gran torneo, que coronamos con el título. Era un gran equipo, con una mezcla entre jugadores experimentados, como yo, y otros que recién iniciaban su carrera internacional, como Oscar Schmidt", dice Rubens, hoy de 61 años, desde Río de Janeiro.
El partido decisivo fue contra Uruguay, al que los amarillos endosaron un duro 99-47.
"Hicimos un gran partido y Brasil demostró todo su poderío... Creo que fue un merecido título el que nos llevamos de Chile, algo que esperamos repetir este año, aunque con un quinteto bastante renovado, pero no por eso menos competitivo", anticipa el otrora conductor de Franca.
A juicio del actual entrenador de Vasco da Gama, la clave del triunfo hace 24 años estuvo en la sólida defensa: "Nos otorgaba mucha facilidad para hacer contragolpes, que casi siempre terminaban en canastas. Era un equipo de muy buena estatura. De hecho, yo era por lejos el más bajo (1,85 metro)".
Se trataba de una gran escuadra, como lo ratifican sus resultados posteriores, según Hélio Rubens: "Eso quedó demostrado cuando el mismo plantel obtuvo la medalla de bronce en el Mundial de Filipinas 1978 y en los Juegos Panamericanos de Puerto Rico 1979. Después de 1980, hubo una renovación".
Por Juan Esteban Codelia C.
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