Última actualización: 20010622
Diseño: Rodrigo "Alley'Gator" Hunrichse
Artículo de Diario EL MERCURIO (digital) del 20010423
Sección deportes
Las confesiones de Roland Fritsch
Fritsch no cree que pueda estar en condiciones para la gira por Centroamérica y El Caribe, que se inicia el 4 de mayo. "Por recomendación del kinesiólogo, sería mejor quedarme para hacer un tratamiento de fortalecimiento (de los tobillos). Las cosas tienen que ser paso a paso".
El poste de Universidad de Concepción participará por primera vez en una selección nacional adulta de baloncesto, a la que decidió integrarse por la existencia de un escenario que le otorga mayores garantías de seriedad y transparencia. Con pesar, admite la impotencia que sintió durante años por tener que ausentarse. "Si aceptaba la nominación y jugaba, en cierta forma avalaba abiertamente la conducta de la Federación", reconoce.
Javier Piñeiro Dávila
Roland Fritsch tenía 13 años cuando ingresó a la Séptima Compañía de Bomberos de Concepción. Hoy, a los 26, sigue fiel a la entidad, a la que considera su "segunda familia".
No en vano, cuenta orgulloso, juega con la camiseta número "7" a modo de reconocimiento al recinto que lo acoge con su camaradería y disciplina desde que era un niño.
Ahora, con sus 2,00 metros y 100 kilos, el pívot de la "U" penquista cuenta las horas para integrarse a otro conjunto: la selección nacional adulta.
Pese a sus reconocidas virtudes, que han llevado a que muchos lo consideren el mejor basquetbolista chileno, Fritsch nunca ha formado parte de un combinado mayor en el país. Hasta ahora, que decidió alistarse en el plantel que adiestra Juan Morales.
Su último antecedente con la camiseta roja se remonta a 1992, cuando actuó en el Sudamericano Sub 22, efectuado en Talca, en el que el cuadro criollo culminó quinto entre seis. Eso fue en el mes de mayo, el mismo en que Fritsch cumplía recién sus 18 años.
Por aquel tiempo, se le auguró un protagonismo permanente en las selecciones chilenas. Sin embargo, él decidió marginarse y saciar su pasión cestera con los colores de la Universidad de Concepción.
Y parecía que la situación no variaría para el próximo Sudamericano de Valdivia (19-29 de julio). Pero una serie de circunstancias derivó en que fuese la Dimayor - y no la Federación- la encargada de administrar los recursos destinados por el Estado para la preparación del equipo y, sólo entonces, el bombero dio el sí. Antes, claro, vino una larga reflexión.
"El escenario que se presentaba inicialmente, conocido por todas las personas vinculadas al básquetbol, hacía que tuviésemos demasiadas aprensiones acerca del quehacer de la Federación, las que seguimos teniendo, en realidad. El problema no era personal con Miguel Herrera (el presidente), sino que con su gestión, con el grado de transparencia que nos proyectaba. Frente a esa situación, no estaba de acuerdo. Si aceptaba la nominación y jugaba, en cierta forma avalaba abiertamente la conducta de la Federación. Creo que iba a ser bastante inconsecuente con mis maneras de pensar y de actuar. Se especuló mucho que había un problema económico de por medio y eso no fue tan así. Si bien no estábamos de acuerdo con los montos, era un tema pactable que posiblemente iba a ser solucionado en un mediano plazo. Pero nunca hubo de parte de la Federación el ánimo siquiera de conversar y llegar a un acuerdo. Creo que se puso el parche antes de la herida, porque no bien hubo un primer approach, el presidente salió diciendo que pedíamos sumas totalmente elevadas. Frente a ese panorama no quedaba otra alternativa que la renuncia y ventilar esto a la opinión pública para que se diera cuenta de lo que pasaba con la selección y su labor en los últimos años, no sólo para este proceso", confiesa.
Un precedente
- ¿Piensa que el hecho de que Dimayor tome el control de la selección puede marcar un cambio drástico en la conducción del básquetbol chileno o cree que va a ser sólo una medida específica para este Sudamericano?
"Esto hay que verlo con altura de miras y en forma macro. El hecho de que se hayan negado recursos a la Federación y cuestionado su quehacer; y que se le haya dado la organización a una institución exigiendo seriedad, trabajo bien realizado, programación adecuada y un montón de variables que antes nunca se habían cumplido, marca un precedente para las futuras selecciones. Eso es lo más rescatable de este asunto. Espero que desde ahora en adelante, y ojalá que no sólo la adulta por hacer un Sudamericano en Chile, todas las selecciones hagan un trabajo serio en cada una de sus instancias. Es muy importante que el IND (Instituto Nacional de Deportes) se haya hecho parte en este momento, encabezado por Arturo Salah, quien me llamó mucho la atención por lo bien informado que estaba de toda la situación. Que se haya exigido transparencia y regulación marca un hito. Ahora, por fin, las cosas se están reglamentando y empezando a hacer como debieran haber sido desde un comienzo".
- ¿Qué sentía cuando jugaba la selección y usted no era parte de ella?
"Mucha impotencia, por supuesto. Se ha especulado también y he escuchado comentarios de jugadores que decían, literalmente, que la gente de la Universidad de Concepción no estaba ni ahí con la selección. Se ha dicho que no teníamos intención de participar, que no poníamos nada de nuestra parte. Y eso no es así. Nosotros (incluye a Rodrigo Zúñiga y Ricardo Funke, entre otros), hemos sido estudiantes de carreras de alta exigencia (es titulado de Ingeniería Civil Mecánica) que llevan a evaluar en forma bien concienzuda y objetiva las situaciones. Cuando veíamos que el proceso era abiertamente mal llevado, que había desorden y muy poca transparencia, había que evaluar qué estaba primero: si nuestra carrera o la selección. ¿Cuál es el costo de oportunidad de dejar nuestra carrera de lado, de atrasarnos un año en nuestros estudios, por ejemplo, si el proceso que estaba en la otra cara de la moneda estaba destinado al fracaso por su falta de seriedad?".
- Muchas veces los dirigentes y jugadores han apelado al llamado amor a la camiseta para dejar de lado muchas situaciones... ¿Qué le parece esa actitud?
"Lo del amor a la camiseta lo entiendo y lo he vivido. De hecho, ahora va a ser así, porque las expectativas económicas que nos habíamos hecho para el proceso tampoco se han cumplido. Vamos a participar con las reglas del juego que existen en este momento (500 mil pesos mensuales por jugador). Amor a la camiseta hay y el costo de oportunidad para mí, desde el punto de vista laboral, es muy alto. Pero ahora puede hablarse de compromiso, porque hay un respaldo".
Un cuarto en Valdivia
- La Liga Sudamericana es el último referente internacional. Osorno y la "U" no cumplieron una buena actuación. ¿Hay mucha diferencia con los mejores de la región?
"No sé lo que vaya a pasar en el Sudamericano. Va a depender mucho de cómo lleguemos en cuanto a lesiones y grupalmente. También de cuánto pese la localía. Independientemente de eso, a nivel general a Chile le falta bastante. Y ese es el punto más importante de lo que tanto discutíamos. Con una mala organización, con clubes que todavía están bastante desordenados, con una Federación que no podía regular bien, uno no puede tener deportistas muy buenos. No lo digo por querer justificar un mal rendimiento, pero creo que las cosas van de la mano. Si tienes a un deportista potencialmente bueno, y no hay organización, no va a surgir. Muchos valores importantes se ha perdido por no tener un programa adecuado. En el fondo, no se podía aspirar a más".
- ¿Cómo ve las posibilidades de Chile en Valdivia, considerando que los cuatro primeros acceden al Pre-Mundial de Neuquén?
"Desde el punto de vista estadístico, no son buenas. Hay que ser consecuente con eso. Si analizamos nuestras participaciones, queda claro. El punto también es que ahora el nuevo escenario y la localía van a influir. ¿Cuánto? Todavía es un misterio. Recién se va a poder dilucidar en el torneo. Tengo mucha esperanza en que hagamos un buen campeonato, pero también mis aprensiones. La historia nos pesa mucho. Será importante que podamos superar ese aspecto mental de sentirnos, quizás, inferiores antes de entrar a la cancha. El grupo humano que está es el mejor y pienso que tiene la capacidad para superar ese peso histórico".
- ¿Cuál es la meta: tercero, cuarto?
"El objetivo es ser cuarto, a eso hay que aspirar. Tercero está un tanto difícil. El quinto debería ser para nosotros sin problemas. No tomar un quinto lugar sería un fracaso".
Por Javier Piñeiro Dávila
De Hilton, Sáez y el liderazgo
NACIONALIZADO EN EL EQUIPO: "En lo personal, no me molesta para nada. Mucha gente se ha quejado, pero conozco el trabajo de Mack (Hilton) y puedo decir que es mucho más profesional que posiblemente todo el resto de nosotros juntos. Es un ejemplo para los que se están integrando y nos puede dar la experiencia, mostrar la serenidad en momentos en que no la tengamos. Si alguien dice que él no debe estar, que traiga a un jugador de mejores condiciones. Y mientras eso no exista, tiene su lugar".
AUSENCIA DE PATRICK SÁEZ: "Patrick es una persona que es fundamental para cualquier equipo en Chile. Es un muy buen conductor, de grandes condiciones, que aún debe controlar algunos problemas de carácter o impulsivos que van directamente relacionados con su edad. Pero su talento, lógicamente, se va a extrañar. Tiene una capacidad innata, que tiene que ser reconocida por todos sus pares. El hecho de que no esté es una lástima, pero siendo consecuente con los años anteriores, para mí su postura es absolutamente válida y no lo puedo criticar".
¿EL NUEVO PATRÓN?: "Me parece que hay un tema grupal de por medio. Los líderes van surgiendo en forma natural. Cuando estemos juntos durante un buen tiempo lo iremos viendo. No creo que se pueda especular con eso todavía".
El gran ausente
Patrick Sáez (derecha) se reconoce a sí mismo como el mejor base de Chile: "No hay otro conductor que se ponga los pantalones y sea capaz de retar al "Pato" Briones o a Roland Fritsch para que pasen la pelota y hagan lo que tienen que hacer", afirma.
Con el incómodo cartel de ser el único jugador relevante que mantuvo su renuncia a la selección nacional de básquetbol, el base Patrick Sáez repasa lo que fueron los meses de negociaciones que concluyeron con su automarginación del Sudamericano de Valdivia. El base será la gran baja de Chile para la cita continental.
Rodrigo Fluxá
El gran perjudicado con los retornos de Roland Fritsch y Rodrigo Zúñiga a la selección nacional de básquetbol - además de los jugadores que entrenaron casi dos meses con el equipo y serán marginados inevitablemente- fue Patrick Sáez. ¿La razón? El base de Osorno quedó ante la opinión pública como el único jugador expresamente requerido por el técnico Juan Morales Rojas que renunció a representar a Chile en la justa continental que se disputará en junio en Valdivia.
Con el resto de los jugadores que se marginaron del proceso (Pablo Coro, Mauro Salinas y Jorge Soto), la dirección técnica nacional no hizo mayores esfuerzos por contar con sus servicios. Pero por contar con Sáez (15,2 puntos y 3,7 asistencias en la Dimayor 2001) sí que los hicieron: ni con incentivos económicos, ni con apelaciones patrióticas, ni con amenazas lograron que el talentoso jugador reconsiderara su decisión.
- De un momento a otro quedó como el único jugador renunciado...
"Sí, así estoy viendo. Yo me mantuve firme con mi posición y no voy a transar. Presenté la renuncia y tengo que presentar los papeles. Estoy terminando los trámites para conseguir los certificados de la universidad y evitar así cualquier posibilidad de sanción".
- ¿Le interesó realmente integrar la selección en algún momento?
"Sí, me interesó. Pero lo que no quería era hacer la gira al extranjero, porque me topaba con los estudios y tengo ramos que me exigen asistencia completa. Además, giras como ésas son demasiado cansadoras . Yo hubiese aceptado integrarme quince días antes del torneo, pero me parecía una falta de respeto para los otros jugadores... no creo que lo hubieran recibido bien. Incluso cuando se integró el Pato Arroyo y entró como titular igual hubo caras largas entre los otros jugadores del plantel. Lo miraron feo".
- ¿Su renuncia no pasó por un asunto de plata?
"No sé. A mí lo primero que me dijo el presidente de la Federación (Miguel Herrera Sepúlveda), es que no me preocupara porque no me iba a quedar afuera por problemas de plata. Yo, en todo caso, no iba a jugar por menos de cinco millones de pesos (uno al mes) y no creo que los fueran a pagar. Por eso ni toqué mucho el tema".
- ¿Por qué cree que hicieron tantos esfuerzos por contar con usted?
"Porque soy el mejor conductor de Chile. No hay otro conductor que se ponga los pantalones y sea capaz de retar al Pato Briones o a Roland Fritsch para que pasen la pelota y hagan lo que tienen que hacer. Mi carácter es así, me gusta ordenar y retar. Durante el período negociaciones se habló mucho de Marcelo Ruiz y Percy Werth, así que ellos se arreglen, a ver si pueden".
- ¿Cómo recibió las críticas que apuntaban a su falta de patriotismo?
"No las he escuchado. De todas formas, más que el sentimiento patriota, los que regresaron a la selección lo hicieron por que les pagaron lo que querían. Es que el básquetbol es distinto al fútbol, donde los jugadores ganan tanta plata que lo que les paguen en la selección no les afecta. Acá se gana poco y hay jugadores que tienen que mantener familias. Este año se vio la oportunidad de ganar plata y más encima en un tiempo en que no hay torneos, exceptuando la Libsur (donde juegan sólo dos equipos de Dimayor: Llanquihue y Osorno). En todo caso hay excepciones y jugadores que sí juegan por la camiseta como el Pato Arroyo. Él sabía que lo necesitaban y que no hay otro 3 que pueda hacer lo que él hace".
- Si fuera por eso a usted también lo necesitan...
"Lo que pasa es que afuera (N de la R: bases y escoltas) hay más jugadores, aunque no sean de mi nivel. Yo soy joven, podré jugar más adelante por la selección y ya di mis excusas para esta oportunidad ".
- ¿Qué ha sabido de los partidos de preparación?
"Lo que he sabido es que no hay nada bajo el tablero y así están completamente perdidos. En competición internacional los partidos se ganan con hombres grandes. Pero ahora con la inclusión de Briones y Fritsch se les va arreglar mucho el plantel. ¿Briones lesionado? Es sólo una fractura en un dedo. Yo conozco al Pato hace años y creo que está pasando un momento en que está cansado del básquetbol y quiere tomarse un descanso para volver con más ganas. Como es el mejor tiene esa facultad y lo dejan, pero si existiera alguien que le dijera, como lo hacen en Argentina, Ya tenís que entrenar para poder jugar, él lo haría. Briones va estar de todas formas en Valdivia".
- ¿Pero ha visto un proceso de preparación más serio?
"Sí, y ojalá que todo este interés y el trabajo serio que se está haciendo perdure y no sea sólo porque se va a jugar en Chile. Yo viví el otro lado, cuando para los Sudamericanos afuera nos juntábamos 15 días antes y nos íbamos así no más. Lo que manda todo es la plata y en esta oportunidad la había. Yo espero que no hayan manos negras que, al ver mucha plata, comiencen a sacarla".
por Rodrigo Fluxá
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