Última actualización: 20011206

Diseño: Rodrigo "Alley'Gator" Hunrichse

Artículo de Diario EL MERCURIO (digital) del 20010728

Sección deportes

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Brasil y Argentina ya son finalistas

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El paraguayo Sergio Aceval y el colombiano Felipe Montoya luchan un balón. El cuadro guaraní venció a su par cafetero y será, probablemente, el rival de Chile en la disputa del quinto puesto.

Juan Aguad Kunkar

Sin perder la regularidad de su funcionamiento durante todo el partido, pese a los destellos de Carl Herrera y sus compañeros, Argentina reiteró la potencialidad de su accionar y derrotó justificadamente a los venezolanos por 69-55 (30-25), quienes se jugaban su última opción para entrar en la disputa del título.

El resultado de anoche deja con esa posibilidad sólo a argentinos y brasileños (ambos invictos), quienes deberán jugar hoy de acuerdo al calendario y, como terminarán primero y segundo en esta fase, disputarán mañana la corona del certamen.

Los aciertos iniciales de Díaz, Mijares, Herrera y Machado no inquietaron a los argentinos, quienes respondieron con las anotaciones de Montecchia, Hermann y Nocioni y ganaron el primer cuarto 16-11. El quinteto de Magnano siguió marcando a presión, como lo ha hecho en cada partido, y se opuso al rudo trabajo caribeño, que consiguió bajar la conversión trasandina a un 32 por ciento de efectividad. Así, el primer tiempo terminó con la exigua cifra de 30-25.

Los venezolanos trataron de volcar el resultado en la segunda parte, pero sus habituales altibajos ante un rival inmutable fue fatal. Apareció en Argentina la mano certera de Palladino, más el apoyo de Gutiérrez y Fernández, para terminar con la ilusión llanera.

ARGENTINA (69): Montecchia 3, Nocioni 9, Gigena 3, Farabello 2, Osella 4, Gutiérrez 9, Hermann 5, Palladino 22 y Fernández 7. VENEZUELA (55): Díaz 15, Mijares 4, Lugo 4, Quiroz 10, González 2, Torres 4, Herrera 8, Keeling 7 y Walcot 1.

Con un poco de susto

Cuando quedaban cuatro minutos de juego, Brasil vencía por 66-54 y Uruguay debía efectuar tres lanzamientos libres, además de quedar con el balón en su poder. Fue un momento de inquietud para el DT Hélio Rubens, quien creía asegurada la victoria.

Pidió un minuto para increpar a su elenco e hizo reingresar a Vanderlei. Su incorporación permitió al campeón mantener la ventaja, ganar por 75-62 y asegurar un lugar en la final.

Pese a la tenacidad charrúa, en especial en el trabajo defensivo (que le permitió mantener a raya a su adversario durante casi todo el compromiso), el DT charrúa, César Somma, entendió que era muy difícil superar a su rival, optó por excluir a todo el quinteto titular en el inicio del tercer cuarto y guardarlo, así, para el crucial encuentro de hoy con Chile.

BRASIL (75): Marcelinho 11, Vanderlei 24, Alírio 1, Sandro 6, Demétrius 1, Helinho 7, Guilherme 13 y Anderson 5. URUGUAY (62): Soria 2, Navarrete 4, Losada 6, Castrillón 4, Arrosa 2, Silveira 16, Mazzarino 2, Capalbo 5, Szczgielski 8, Bouzout 7 y Moltedo

Paraguay, por el quinto

Un triunfo con cierta comodidad, que les permite mantener la esperanza de disputar el quinto puesto - y hasta optar al cuarto, si Chile derrota hoy a Uruguay por menos de 29 puntos y ellos vencen a los peruanos, consiguieron ayer los paraguayos ante Colombia (73-58).

Los guaraníes ganaron todos los cuartos - la progresión del marcador fue 22-15, 39-27 y 55-38- , y cuando tuvieron alguna dificultad en el segundo tiempo, apareció el goleador Javier Martínez para desnivelar el resultado, que no pudo ser compensado con la buena faena de los cafeteros Moreno y Teherán.

PARAGUIAY (73): Carrillo 14, Laratro 7, Araujo 15, Martínez 21, Paniagua 2, Zanotti 11 y Brizuela 3. COLOMBIA (58): Moreno 11, Ibáñez 8, Angulo 2, Sanz 6, Fernández 5, Teherán 15, Ocoró 2 y Cañedo 2.

Por Juan Aguad Kunkar,
Enviado especial a Valdivia


El Uruguay de Somma

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Nicolás Mazzarino busca penetrar entre un bosque de brazos brasileños. Uruguay vendió cara su derrota anoche ante uno de los favoritos.

El presente del baloncesto uruguayo asoma deslavado si se le compara con Argentina o Brasil. Ello, sin embargo, no obsta para que continúe muy por encima del nivel chileno, lo que ha quedado demostrado en el Sudamericano de Valdivia.

Hoy, a partir de las 19:00, rojos y celestes se verán las caras por 39 oportunidad en la historia de estas citas (ver tabla). Para la ocasión, el entrenador César Somma dispondrá de sus mejores hombres, partiendo por el base Marcelo Capalbo.

El experimentado armador (30 años) promedia 8,1 puntos en los siete compromisos del certamen y destaca como el cerebro de un equipo que luce poco, pero no se complica.

Como escolta, Nicolás Mazzarino - ex compañero de Capalbo en Welcome- empina su producción ofensiva a 11,6 unidades. Mientras tanto, el poste Gustavo Szczygielski anota 12 de media; el alero Juan Manuel Moltedo, 9,2; y los también alas Diego Castrillón, 7,4, y Luis Silveira, 8,1.

En cuanto a rebotes, Marcel Bouzout ha capturado 6,3 por encuentro. Bajo la tabla, el interno de Cordón cuenta con la ayuda del citado poste de Welcome y del grueso Luis Arrosa. Los tres conforman una sólida rotativa en un sector de la cancha en el que, hoy por hoy, el basket uruguayo no exhibe generación de valores jóvenes interesantes.

"El equipo ha ido de menos a más. Mazzarino salía de una operación y Capalbo ya está bien. La salida rápida es fundamental para nuestro juego, como también los interiores, que me han respondido", dice el técnico Somma.

La marca férrea, la claridad de Capalbo y el "machacar" incesante de los grandotes... Uruguay, para Chile, es tan duro como siempre.

Valdivia


Chile se aprovechó de Perú

[FOTO DE MACK HILTON EN UN PARTIDO DE CHILE (COLOR)
Mack Hilton entorpece la marcha de Julio Monges, uno de los pilares del cuadro peruano. El estadounidense naturalizado aportó nueve puntos, cuatro robos y tres rebotes.

Javier Piñeiro Dávila

Todos, sin excepción, dejaron su huella en el canasto peruano. Desde Rodrigo Espinoza y sus seis aciertos sobre diez intentos (con cuatro triples convertidos) hasta los dobles aportados por Leonel Méndez, Mike Elliot, Marcelo López y Marco Cornez.

Chile vivió una tarde de sonrisas en el Coliseo Municipal, sobre cuyos tabloncillos obtuvo su segunda victoria consecutiva (y tercera en el Sudamericano), a costa de un rival inferior a su nivel, al que doblegó por 101-73 (55-36).

Si hubo un ítem destacado en la libreta de apuntes criolla fue el de los porcentajes de conversión. Salvo en los tiros libres, donde 22 aciertos de 40 intentos sólo hablan de un 55 por ciento, la selección cuajó una fenomenal jornada: hizo 26 de sus 45 lanzamientos de dos (58 por ciento) y un muy consistente 9 de 15 en triples (60%), marcas que derrumbaron cualquier ilusión albirroja.

Aparte de virtudes propias, la pericia del conjunto nacional encontró sustento en la fragilidad defensiva de Perú, caracterizada por la escasa presión sobre el jugador que lanza y por la falta de un hombre confiable bajo el tablero (Daniel Daccarett es más alero que otra cosa).

Ofensivamente, Juan Morales - que por primera vez repitió un quinteto inicial en el torneo- diseñó una estructura que logró dañar adentro y afuera. Quizás no tuvo la constancia anhelada, pero fue suficiente para que la selección consiguiera su segundo triunfo más holgado sobre Perú en la historia de los Sudamericanos (tras el 99-68 de Bahía Blanca '99) y el sexto por mayor margen de su tabla total - la marca sigue siendo la de 47 unidades en la victoria contra Bolivia por 96 a 49, en Valdivia '77- .

Con Espinoza castigando con sus "bombas" y un Percy Werth que también calentó la mano - dos de tres en triples, pero que padeció problemas con las faltas- , los peruanos tuvieron suficiente. Y menos pudieron hacer cuando hasta Patricio Briones les asestó en su cilindro los tres tiros desde más allá de la medialuna.

El pívot, a quien sus minutos en cancha volvieron a ser dosificados (en vista de los duros partidos venideros), volvió a dobles números en su cuota anotadora, tras sus faenas contra Argentina y Colombia.

En cuanto a lo defensivo, no puede hablarse de brillantez. Mal que mal, el Perú de los hermanos Julio César y Juan Carlos Monges (lejos, los mejores del quinteto) concretó 73 puntos, capturó 15 rebotes ofensivos (contra cuatro de Chile) y corrió bastante para lado y lado. Mack Hilton, con cuatro recuperaciones y permanente voz de mando, fue otro nombre para registrar en la escuadra roja.

Contra Uruguay, un equipo cuyos exteriores también penetran, pero que dispone de interiores potentes, tendrá que optimar sus recursos en el resguardo de la canasta. La aplicación de ayer fue importante, pero no hay que olvidar que su rival fue 38 veces a la línea de libres (¡falló 24 de ellas!) y lanzó apenas para un 37 por ciento de efectividad desde el campo (27 de 84, sólo cinco de 22 en triples).

Al cabo, la felicidad reinó en el Coliseo. Ganó Chile, y todos respiraron aliviados, como sintiendo que el Sudamericano también debe disfrutarse.

Por Javier Piñeiro Dávila,
Enviado especial
a Valdivia.

El factor Espinoza

Durante el torneo, Rodrigo Espinoza ha ido aumentando su protagonismo en la selección nacional que compite en Valdivia. Tras un estreno triunfal de 22 minutos y cuatro puntos contra Bolivia, jamás superó dichos números en los partidos frente a Paraguay, Venezuela, Brasil y Argentina, pero siempre fue una pieza con la que contó Juan Morales.

Las cuatro derrotas consecutivas fueron un momento duro, que le sirvió de aprendizaje para llegar a desequilibrar frente a equipos menos dotados, como Colombia y Perú.

Contra el quinteto de Guillermo Moreno actuó en 28 minutos y marcó 17 puntos, uno más que el global de sus anteriores presentaciones. Y ayer, frente al de Ricardo Porras, jugó 29 y aportó 23 tantos.

El ex hombre de Stadio Italiano y Universidad Católica, hoy en Español, comenzó así a dar cuenta de su conocida faceta ofensiva. No en vano, en la última temporada de la Dimayor había promediado 18,7 puntos, amén de 2,3 asistencias y 1,8 rebote por duelo.

Contra Uruguay, Marcelo Capalbo y Nicolás Mazzarino mediante, Espinoza (1,82 metro y 83 kilos) intentará seguir asolando con sus "bombas" desde el perímetro y estará obligado a extremar su aún irregular cometido defensivo.

"Después del partido contra Colombia, estoy con más confianza. No sé lo que pasaba, porque venía jugando bien y tomando buenos tiros en la gira y en los amistosos. Puede haber sido el hecho de que es mi primer Sudamericano adulto (fue seleccionado en todas las categorías menores). Lo que me tiene tranquilo es que agarrado el ritmo", considera el basquetbolista, nacido el 19 de marzo de 1981.

Para muchos, teóricamente, Espinoza era candidato a entibiar el banco del Coliseo. Pero su muñeca, para felicidad propia y beneficio del equipo, comienza a mover las redes sureñas.

Valdivia

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