Artículo de Diario EL MERCURIO del 20011126

Última actualización: 20020330

Artículo de Diario EL MERCURIO (digital) del 20011126

Sección deportes

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DIMAYOR: ELIMINADO LA UDE DE LOS PLAYOFFS

Hasta aquí no más

Impensado es el calificativo que más le acomoda al resultado final de la serie entre Universidad de Concepción y Deportivo Valdivia. Es que los penquistas - actuales vicecampeones de la Dimayor- se armaron bien este año, ficharon a Patricio Briones y reactivaron a Marcelo Ruiz. Todo pensando en una hipotética - pero altamente probable- final frente a Osorno.

Pero nada de eso. Ayer en Valdivia, terminaron de sepultar su año al caer 88-81 frente al local, que cerró la serie con 3-1 a su favor. Conscientes de la presión que recaía e sus hombros, los dirigidos de Cipriano Núñez partieron bien: 51-48 arriba terminaron la primera mitad. Pero en el segundo tiempo, comenzó el repunte de los locales, principalmente de la mano de Tony Bishop y Reginald Poole (terminaron como los máximos anotadores del quinteto con 21 y 20 puntos cada uno). El 25-15 del tercer cuarto fue devastador.

Al final, un 81-77 que deja a los penquistas fuera de las semifinales por primera vez desde 1993. Valdivia, en tanto, se tomó revancha de la semifinal de la temporada 2000, cuando Universidad de Concepción los dejó fuera de la serie definitiva en un agónico quinto encuentro.

"Es lamentable. El comienzo de temporada apuntamos por lo menos a llegar a la final. Es un fracaso total y estamos muy tristes. Ahora hay que analizar tranquilamente para ver qué hacemos de cara al próximo año" señaló el dirigente Germán Jabalquinto.

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¿Quién gana con esto?

Felipe Bianchi Leiton

Felipe Bianchi Leiton

¿Cómo diablos después de tantas mentiras y fraudes, de tantas faltas de respeto, de tantas promesas incumplidas, de tantos sistemas y reglamentos aprobados para luego ser asquerosamente obviados, los jugadores, la empresa privada y los canales de televisión siguen participando en algo tan descuadrado y sin normas como el fútbol chileno?

La respuesta es clara: cada vez participan menos. Y es cosa de tiempo para que ya no participen. Nadie en su sano juicio aguanta tanto desorden, tanto cambio, tanta indefinición, tanta irregularidad.

El paro de jugadores, por ejemplo, se viene de nuevo. Sí o sí. Es un hecho. Y absolutamente justificado. No es posible, sea cual sea la realidad del país y del mundo, que para una actividad exista como opción no pagar los sueldos. Pero en el fútbol chileno no sólo es posible: es un sistema generalizado. Aceptado por todos. Usado por todos. Pasó a ser una alternativa de manejo económico, lo cual es aberrante y ridículo.

Los jugadores asumieron en su momento, a regañadientes, que no se aprobara la Fianza Solidaria. Más tarde, vieron con preocupación cómo el Consejo de Presidentes no aceptó los planes del gobierno para darle transparencia al sistema. Ahora ven cómo la única herramienta de presión que existía para obligar al pago de los sueldos (quitar puntos y cobrar multas por cada incumplimiento) no es usada ni respetada pese a estar plenamente vigente. Es más: ven cómo se protege a los deudores, a los incumplidores. ¿Y así quieren que no vayan a paro?

A propósito: ¿qué va a pasar si se aprueba un torneo 2002 sin descenso? ¿Cómo se asegura el pago de sueldos, aún en el hipotético caso que se decidiera respetar el artículo 11? ¿Le va a importar a alguien que le quiten los puntos si los puntos no valen nada el próximo año?

Más que aplicar el Reglamento (que es lo que hacen las organizaciones serias y decentes) hasta hoy, la ANFP se ha empeñado, una y otra vez, en "salvar" a los clubes insolventes. En mantener vigente un sistema impresentable, con todos los peligros que esto trae consigo. Cándidos, creen que con eso ayudan al fútbol. Y lo único que hacen es hundirlo más. Y alejar a posibles socios.

De hecho, los canales de televisión están analizando seriamente si compran o no, - y en qué condiciones- , el campeonato del año 2003. Es obvio que el 2002 no va a ser un año tranquilo. ¿Vale la pena invertir, entonces? ¿Cómo conocer la programación a futuro si nunca se respeta, cómo sacar cuentas y hacer planes si todo puede cambiar año a año? ¿Cómo saber a qué atenerse si se convive, siempre, con el fantasma de los paros? Los bancos, por su parte, ya no dan crédito. De hecho, la mayoría de los clubes, imposibilitados de interactuar con la banca, hoy funcionan con cuentas personales. Lo que, aparte de irregular y poco transparente, es imposible de sostener en el tiempo. No hay plata fresca. Nadie tiene. Nadie produce. El fútbol está hoy en manos de los prestamistas. Hipotecado. Y no sólo éste año, sino también el próximo.

La pregunta, entonces, es obvia: ¿cómo hacer negocios con clubes que no son dueños de sus ingresos hasta el 2003? ¿Qué contrato puede ser útil para la empresa privada en éstas circunstancias?

¿Otro ejemplo?: la selección. ¿A quién le puede interesar invertir en ella si cada año se analiza si sigue o no sigue funcionando?

Lo más extraño de todo es que, pese a la evidencia del fracaso, pese a la certeza de que el actual camino sólo conduce a la quiebra, adentro nadie hace nada para que las cosas se normalicen. Lo cual resulta, a lo menos, sospechoso. Porque nadie está ganando con ésto. ¿O alguien está ganando?

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