Artículo de Diario la Estrella de Valparaíso del 20010819

Última actualización: 20010918

Artículo de Diario la Estrella de Valparaíso (digital) del 20010819

Sección Deportes

Everton sigue fiel a la "maldición": Ahora cayó ante la Universidad de Concepción

Víctor Guglielmötti incursiona en el área rival, intentando vulnerar -sin éxito- la portería defendida por Jorge Rodríguez. Las llegadas de Everton al arco rival fueron producto de intentonas personales más que de un exitoso juego de conjunto.

Los equipos de la 8ª región tienen la receta para ganar en Viña del Mar

Por Eduardo Poblete Araya

Anote: 0x4 con Talcahuano (y hace 8 días, 1x2); 0x3 con Fernández Vial y ayer, para seguir la línea, 1x2 con Universidad de Concepción. Los números ahorran comentarios, aunque la curiosidad en cuanto a que con los 3 equipos de la 8ª región, Everton no ha visto "una", no puede tomarse como une mera casualidad.

En lo futbolístico, este Everton modelo 2001, lisa y llanamente no ha podido afirmarse en su padrón de juego. Ante equipos, en el papel, más que abordables, y cuando la ocasión para que el cuadro de Jaime Zapata logre alcanzar un segundo puesto en la tabla, simplemente algo pasa: Los rivales se agrandan, las fallas en el funcionamiento colectivo del equipo se acrecientan, la desesperación de los jugadores es evidente, los cambios no resultan y los más jóvenes, sobre todo aquellos que están haciendo sus primeras armas en el profesionalismo, muestran que el cambio de división, lamentablemente, se les nota demasiado.

Hay otros elementos a considerar también en este Everton. Su falta de chispa, su poco dinamismo y su exceso en llegar tocando la pelota hasta el área rival, permite que los visitantes se sientan a sus anchas en Sausalito. Ante Universidad de Concepción, Everton fue un equipo absolutamente predecible en cada intención de ataque, con el agregado de jugadores que reiteraron sus pases al contrario, de manera enervante.

SOLO LOS GOLES

MARCARON DIFERENCIAS

Dado así el partido, Universidad de Concepción no hizo nada del otro mundo.Ni siquiera el hecho de haber conseguido 10 tiros de esquina a su favor, hablan de un dominio abrumador sobre los viñamarinos; por el contrario, la "U" penquista fue un elenco mediocre, que se limitó a administrar el balón con criterio y a esperar muy bien parado en el fondo, con un arquero de envergadura que nunca tuvo problemas con los centros áereos (aunque abusó en el "hacer tiempo"), zagueros centrales bien despiertos para anticipar a los paraguayos Arévalos y Martínez y una zona de quite que, más que ganar balones en el medioterreno, aprovechó de quedarse con la pelota en los innumerables pases al contrario que dieron los volantes evertonianos.

Y como ya se hadado tantas veces en Sausalito, cuando Everton buscaba la apertura de la cuenta, con harto corazón pero mucho desorden, nuevamente una falla por los costados de su defensa, permitió a Christian "Kili" González (no es el del Valencia de España; es elque prestó Huachipato a la "U" penquista) derrotar a Benzi con un puntazo bajo.

Dos minutos más tarde, en la única desaplicación de los universitarios, Arévalos equilibró las acciones gracias a su capacidad individual, más que a un juego asociado evertoniano.

Con el empate, los hinchas locales pensaron en el milagro, a pesar que el espectáculo ofrecido por Everton dejaba una vez más muchas dudas. Por radio, los afectos al elenco viñamarino se enteraban de la caída de Talcahuano y la victoria agónica de Antofagasta, con lo cual, un 2-1 en favor de los oro y cielo, aún jugando mal, se venía de "perillas", para ocupar en solitario el segundo lugar de la tabla.

Empero, Medina y Guglielmötti se estorbaron en una pelota intrascendente, foulearon al "Gordito" Salazar y Luis Muñoz -si, el mismo que pasó sin pena ni gloria por Viña en 1998- asestó un golazo sacado de otro partido, cuando se jugaban 4 minutos de agregado. Demasiado premio para una Universidad de Concepción de bastante bajo caudal futbolístico, pero a la vez, un nuevo revés para un Everton que otra vez sufrió la "maldición penquista" en su propia cancha.

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