Artículo de Diario EL MERCURIO del 20021120

Última actualización: 20030607

Diseño: Rodrigo "Alley'Gator" Hunrichse

Artículo de Diario EL MERCURIO (digital) del 20021120

Sección deportes

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DIMAYOR: UNIVERSIDAD DE CONCEPCIÓN

Vuelve Roland Fritsch

FRITSCH pisará nuevamente el tabloncillo de la Casa del Deporte.

Roland Fritsch jugó su último partido de la Dimayor el 25 de noviembre de 2001, cuando su Universidad de Concepción perdió 88-81 con Deportivo Valdivia y no alcanzó las semifinales de la liga por primera vez en ocho temporadas.

Luego de ello, el poste inició un receso motivado por cuestiones laborales y de principios. Ofertas no le faltaron para sumarse a otro club, pero el símbolo penquista declinó calzarse cualquier camiseta que no fuera la auriazul. Como su profesión de ingeniero civil mecánico lo llevó hasta Valdivia y eso le impidió entrenar con el cuadro de Cipriano Núñez, optó por automarginarse.

Pero Fritsch ya prepara el retorno, según fuentes del club universitario, que se atreven a confidenciar que el interno jugará este fin de semana contra Provincial Osorno - que sustituiría en las próximas horas al estadounidense Sadiki Tingling de su plantilla- .

"Es algo que estoy evaluando en forma seria, que requerirá de ser compatibilizado con el aspecto laboral", admite Fritsch. "Sería una gran posibilidad de estar junto al equipo, con el que, de alguna manera, he seguido unido en estos meses. Pero no he entrenado hace mucho con ellos y, por lo mismo, las expectativas no debieran ser muy altas. Creo que lo mío pasaría por un aporte más anímico que por otra cosa de mayor peso, aunque también buscaría dar un poco de tranquilidad a los hombres altos del equipo".

Dueños de casa

Juan Aguad Kunkar

Juan Aguad Kunkar

Tener tres mil personas o más respaldando sólo a un equipo no asegura que el resultado de un partido de básquetbol sea favorable.

Es posible que ante el griterío ensordecedor de los hinchas, los jugadores más inexpertos del elenco visitante incurran en errores en pases, titubeen en los lanzamientos, dejen espacio para los rivales o pierdan con facilidad las marcas.

Puede ocurrir, también, que los jueces se cohíban ante la multitud, sean más estrictos frente a las infracciones de los forasteros y en un cobro dudoso opten por favorecer a los dueños de casa.

Por eso, un clima confrontacional y de mucha fricción, con defensas presionantes, que no dejen tiempo a pensar y a movilizar con tranquilidad el balón, no conviene a los visitantes. En contrapartida, los locales deben ser agresivos en ataque y marcación, anticipando, pinchando balones, penetrando, bloqueando y ganando los rebotes.

Eso fue lo que ocurrió en el primer tiempo del encuentro jugado el sábado pasado en Osorno, donde el local y la Universidad de Concepción iniciaban una de las semifinales de la Dimayor.

Los antecedentes hacían vislumbrar un partido estrecho, ya que ambos habían terminado la fase regular con 10 triunfos y cuatro derrotas, en el segundo y tercer lugar, respectivamente.

Provincial Osorno fue una tromba en los dos cuartos iniciales. Ganó el primero 34-19, alcanzó a tomar 25 puntos de diferencia y se fue al entretiempo con ventaja de 60-41. En todo el torneo no le habían hecho tantos puntos en un tiempo a los universitarios. Osorno presionó y corrió, mientras los penquistas marcaban a distancia y se dejaban sorprender.

Su gigante, Jorge Valencia, no hizo una sola anotación y tomó apenas un rebote. El goleador, José Luis Campos, anotó un par de dobles, los mismos que el norteamericano Jamal Livingston. Sólo Rodrigo Zúñiga mantuvo la tranquilidad. En cambio, todos lucían en Osorno, encabezados por Pablo Coro, Galo Lara, el fornido y ágil Juan Ignacio Oyarzún y el goleador Sadiki Tingling.

Sin embargo, la U fue otra en el lapso final. Marcó y anticipó, mientras los "Toros" se olvidaban que ese rol les correspondía a ellos y flojeaban en defensa. En el tercer cuarto hicieron el primer foul cuando quedaba un minuto. Los visitantes controlaron el partido, tuvieron la tranquilidad que necesitaban, penetraron sin cesar y provocaron desconcierto y nerviosismo en sus contendores, quienes, al revés, sintieron la presión de sus tres mil hinchas y ganaron apenas 86-83.

Los estudiantes aprendieron tan bien la lección, que al día siguiente repitieron su faena del segundo tiempo y ganaron 109-96 (62-45), igualando la serie 1-1. Y si aprovechan su condición de local este fin de semana, pueden asegurar su ingreso a la final.

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