Última actualización: 20050521.

Diseño: Rodrigo "Alley'Gator" Hunrichse

Artículo de Diario EL MERCURIO (digital) del 20031028

Sección deportes

UNIVERSIDAD DE CONCEPCIÓN: LA EXITOSA CAMPAÑA

No paran de gozar

[FOTO DE LA CELEBRACIÓN DE LA UDEC (B/N)]

EL RITO HABITUAL de la celebración ha sido un compañero de la U penquista, que puede conseguir un objetivo que no estaba planificado.Foto:VÍCTOR SALAZAR

El cuadro penquista está a pocos pasos de clasificarse a la Copa Libertadores, un objetivo que parecía quimérico a principios de año, pero que ahora suena a justicia.


Sergio Gilbert J.

Los número no mienten: Universidad de Concepción está muy cerca de llegar a la Copa Libertadores. A un par de brazadas de la orilla, podría decirse. De hecho, los penquistas están en condiciones de lograr el objetivo este fin de semana, cuando se juegue la 14ª fecha del Torneo de Clausura, si es que los dirigidos de Fernando Díaz se imponen como locales al débil Coquimbo Unido y Colo Colo cae derrotado en su expedición a Aconcagua ante Unión San Felipe.
Si no pasa eso, la oportunidad se renovará en la última fecha, con los duelos
Cobreloa-U. de Concepción y Colo Colo-Cobresal.

El resultado final, obviamente, no puede anticiparse. El fútbol es así. Pero si de algo ha dado muestras el equipo de la Octava Región durante 2003 es que sobrepasa cualquier duda - incluidas las propias- a punta de convicciones.

La "U" penquista es un muy buen equipo. Individual y colectivamente ha logrado momentos de brillantez y, además, tiene el sello distintivo que sólo poseen las buenas escuadras: proyecta su fútbol en cualquier cancha, contra el rival que sea, bajo presión y en circunstancias variables.

Llegar a este punto no ha sido fácil para la Universidad de Concepción. Ha debido recorrer una especie de ruta ilógica. Lo suyo ha sido superar paso a paso altas barreras de contención, modificar rumbos y establecer principios. En suma, escribir capítulos que, a esta altura, ya se pueden establecer como los grandes hitos de su participación en la temporada 2003.

La banca cambió de dueño: Pocos se acuerdan, pero el entrenador que querían los dirigentes penquistas para el debut en el fútbol de Primera División era Raúl Toro. De hecho, Toro se trasladó a Concepción e hizo la primera lista de refuerzos. Sin embargo, a los pocos días de iniciar su labor, optó por abandonar el cargo. Curiosa fue la razón entregada en esos momentos por el adiestrador: "Los dirigentes me habían ofrecido un proyecto ambicioso, con un presupuesto de 20 millones de pesos, que contemplaba la participación en la Copa Libertadores en tres años más, pero debieron bajar su presupuesto a la mitad y con eso no se puede hacer mucho. Como cambiaron las condiciones, prefiero emigrar", explicó Toro. La regencia universitaria, entonces, le ofreció el cargo a quien estaba segundo en la lista: Fernando Díaz. Ahí empezó todo.

¿Refuerzos o integrantes?: Díaz comenzó su labor casi en despoblado, porque la mayoría del plantel que había conseguido el paso a Primera División había terminado contrato. Comenzó así una larga serie de contrataciones, paralela a la pretemporada en Constitución. "Éstos no son refuerzos", decía el adiestrador en enero de 2003. "Son integrantes del plantel. Los que han llegado no vienen a aumentar el nivel del equipo, sino que a construirlo, porque no existe". Como el dinero era poco, Díaz recurrió a sus contactos. Fue a Universidad Católica, donde había trabajado en las series menores, y logró el préstamo de Juan José Ribera y Jean Beausejour. En Santiago Morning consiguió el concurso de Andrés Oroz y en Colo Colo, el de Jorge Valdivia. Miró en la zona y reclutó a Rodrigo Rain y Carlos Ortega, provenientes de Huachipato. También se sumaron Marco Olea y Fernando Solís. Ya había plantel...

Ahora, el equipo: Víctor Silva, Matías Favano, Paulo Rosales, Pablo Abdala y Claudio Becerra. ¿Quiénes son? Aunque no se recuerde, son jugadores que integraron el equipo de la U penquista en las primeras fechas de Apertura. La mayoría entró a la cancha en pleno proceso de debut competitivo. Con el correr de las fechas, y con la llegada de otros jugadores (Mauricio Cataldo y Diego Guidi, por ejemplo), el equipo fue cambiando de nombres. El meta Silva fue sustituido para siempre por Carlos Ortega ­de hecho, hoy el reserva de éste es Carmelo Vega­, Abdala terminó yéndose a la selección de Palestina porque Fredy Segura le quitó el puesto y el delantero Becerra quedó fuera de la competencia ante la solidez goleadora de Marcos Olea y Ricardo Viveros.

El peor momento: El punto de mayor tensión en la labor de Fernando Díaz se produjo luego de la derrota de su equipo ante Audax Italiano (2-1) en La Florida, en la séptima fecha del Apertura. Tras esa caída, el presidente de la Rama de Fútbol, Luis Alberto Santander, dijo que al cuadro "le falta espíritu ofensivo. (...) Queremos un equipo ofensivo, luchador, combatiente. (...) Creemos tener un buen plantel para atraer a la gente, pero falta intención y más peso en la delantera". Santander deseaba a Cataldo y a Valdivia en la titularidad, pero Díaz se despachó una respuesta de antología: "Si yo quiero, pongo al utilero en el equipo". El drama directivo-técnico se sobrepasó con una "conversación franca" entre las partes. Nunca más se produjo un cruce de opiniones. Al menos, públicamente.

El protagonismo: Tras ese lapso de dudas, Universidad de Concepción comenzó a conseguir resultados. Lo primero que llamó la atención en el Apertura fue que no perdía con los equipos grandes. Luego estableció hitos como golear a Palestino (8-2) y quitarle el invicto a Rangers (5-0). Finalmente, llegó la consagración en los playoffs de dicho torneo, en que su punto de mayor lucidez lo logró al dejar en el camino a Universidad de Chile con aquella rabona de Cataldo. El equipo penquista se quedó en las semifinales (perdió ambos encuentros con Colo Colo), pero dejó para el recuento un gran legado: un sólido funcionamiento colectivo, una gran convicción de juego y un par de nombres para considerar entre las figuras del campeonato: los volantes Luis Pedro Figueroa y Jorge Valdivia.

No hay primera sin segunda: De cara al Clausura, la "lógica" indicaba que la "U" penquista no sería capaz de mantener el nivel. Incluso el propio Fernando Díaz puso paños fríos al comienzo del segundo torneo. "Vamos a ir paso a paso, pero no podemos aventurar nada. El plantel es reducido porque no se formó para pelear el título, como sí lo hicieron Colo Colo, la UC y Cobreloa. Por eso, cuando haya lesionados o expulsados, eso nos afectará". Pero el temor del DT parece, a estas alturas, algo exagerado. El elenco de El Campanil ha tenido bajas, pero los recambios sí han funcionado. Contra la UC, por ejemplo, Segura no estuvo por una extraña enfermedad y ahí apareció Víctor Fuentes para el reemplazo; ante Rangers, el domingo, Valdivia estaba suspendido y Ariel Segalla, en su sitio, fue figura; cuando hay que renovar en la delantera, el ecuatoriano Eduardo Hurtado no ha desentonado.

La U penquista, en realidad, ha sabido arreglárselas siempre muy bien. Por eso está donde está.

Aunque nadie lo hubiese planificado, incluso las puertas de América se le han abierto de par en par.

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