Artículo de Diario EL SUR del 20030817

Última actualización: 20030920

Artículo de Diario EL SUR (digital) del 20030817

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Sección PORTADA

Ahora ganó a Huachipato 2-1 en Las Higueras

U. de Concepción, imbatible

[FOTO DEL PARTIDO HUACHIPATO - UDEC (COLOR)]

Ricardo Viveros, autor del empate universitario, aparece disputando el balón con Cristián Oviedo, defensor acerero en el encendido clásico de Las Higueras.

Acereros abrieron la cuenta a través de Mancilla, pero universitarios inclinaron la lucha a su favor con tantos de Viveros y Figueroa.

      En un friccionado encuentro, que respondió a su condición de clásico, Universidad de Concepción derrotó ayer a Huachipato por 2 a 1 en Las Higueras, manteniéndose en el primer lugar del Campeonato de Clausura, tras cuatro fechas.
      Acorde con su condición de local, Huachipato salió a buscar la apertura de la cuenta, la que encontró a los 23’, gracias a una excelente jugada que finiquitó Héctor Mancilla. El gol, sin embargo, obligó al autor del tanto y al zaguero universitario Rodrigo Rain a abandonar la cancha por sendos TEC cerrados por un fuerte cabezazo entre ambos.
      Universidad de Concepción paulatinamente equiparó la lucha y pasó a inquietar el pórtico de Gustavo Dalsasso. Pese a quedar con un hombre menos tras la expulsión de Diego Guidi, a los 38’, Luis Pedro Figueroa, luego de notable jugada personal, fue derribado en el área por Horacio del Valle en los descuentos. El penal lo capitalizó Ricardo Viveros decretando el transitorio empate.
      En la segunda parte, el dominio de los universitarios fue evidente. Cargas gestadas por Jorge Valdivia y Figueroa pudieron transformarse en gol de no mediar el despierto Dalsasso. Pero a los 67’, Figueroa, tras asistencia de Viveros, definió en gran forma y decretó el 2-1 definitivo. Siete minutos después el juez Enrique Osses expulsó al acerero Daniel Campos y, ya en los descuentos, su compañero Luis Peña siguió igual camino, terminando por sepultar toda opción local de igualar.

Sección DEPORTES

U. de Concepción derrotó 2-1 a Huachipato en el clásico

Justificó el liderato

Ricardo Viveros y Luis Figueroa anotaron los goles para los penquistas, mientras que Héctor Mancilla descontó para los acereros.
Accidentado encuentro terminó con tres jugadores expulsados (Guidi, Campos y Peña) y otros tres en el hospital (Ramírez, Rain y Mancilla).

     Por Andrés Carrasco Ruiz.

      La prueba más dura. En una demostración de fortaleza anímica, de convicción y ductibilidad, Universidad de Concepción se afianzó ayer en el liderato del Torneo de Clausura, al vencer por 2-1 a Huachipato en Las Higueras, en un clásico que respondió a las expectativas y que tuvo todos los ingredientes que la ocasión ameritaba: destellos individuales, lucha táctica, pierna fuerte y mucha pasión.
      El gran mérito de los universitarios fue saber sobreponerse a la adversidad, al instante en que estuvo contra las cuerdas en el primer tiempo. Y es que la oncena auricielo vivió casi una pesadilla desde el minuto 22 al 40.
      ¿Qué ocurrió? Se lesionó Juan Carlos Ramírez, le convirtieron el gol, su patrón en la defensa, Rodrigo Rain, se fue en ambulacia junto a Héctor Mancilla y luego expulsaron a Diego Guidi. Es decir, se quedó sin tres de los cuatro zagueros titulares. Aun así, fue capaz de levantarse, ordenar sus líneas y revertir el marcador.
      Pero así como esa fue la virtud de la "U", también fue el gran defecto de los acereros. En ventaja de 1-0, con el rival desorientado, fue incapaz de dar el golpe de nocáut. Lo tuvieron Francisco Hernández y Nelson Lizana, pero no pudieron liquidar ante el solvente Carlos Ortega. Por ahí, y en los errores defensivos, comenzó a diluirse su opción de celebrar.
      Gracias a la acertada presión que estableció en el mediocampo, Huachipato arrancó mejor. No dejó que los penquistas movieran el balón con tranquilidad en el medio y eso les permitió jugar en campo contrario. Esa superioridad quedó expuesta en la apertura de la cuenta, cuando Héctor Mancilla capitalizó con un cabezazo una gran jugada de Cristián Oviedo y un pivoteo de Luis Peña. Luego vino lo que ya se sabe. El caos en la "U" y el perdón de los negriazules.
      Quien no tuvo la indulgencia de su rival fue Luis Pedro Figueroa. El volante del Campanil, que ayer las tuvo que oficiar de lateral derecho, fue la figura de la cancha. Empezó a hacer méritos en los descuentos de la fracción inicial, cuando en su primer desborde dejó tirado a Oviedo y recibió una infracción penal de Horacio Del Valle. La falta la cobró Ricardo Viveros para señalar el 1-1.
      Ese gol resultó fundamental en lo que iba a ocurrir en el segundo tiempo. Por un lado, le permitió a la visita ordenarse con calma en el camarín y plantear una estrategia basada en el contragolpe. Por otro, obligó a los porteños a asumir la responsabilidad sin sus principales armas de ataque: el seleccionado Rodrigo Millar, cuya ausencia fue más que gravitante; y Mancilla, que se había ido lesionado.
      Tras el descanso ocurrió lo que se preveía. La escuadra que dirige Fernando Díaz se rearmó con lo que tenía, le cerró los espacios a su rival y atacó con peligro.
      La fórmula le dio resultados porque tuvo jugadores inspirados. Fredy Segura estuvo notable de zaguero (fue líbero en Huachipato) y formó una dupla insuperable con Pedro Santander. Viveros fue al sacrificio como volante por derecha e incluso se dio tiempo para guapear, acompañando en esa zona Paulo Rosales y Ribera. Si hasta Eduardo Hurtado, que reemplazó a Olea, se puso a tono con sus compañeros.
      Con la "U" recuperada en su equilibrio y Huachipato buscando el desnivel sin ideas y sin peso ofensivo, pasó lo que tenía que pasar. Otro descuelgue de Figueroa por derecha terminó con el 2-1 a los 67`. Claro que tuvo la complicidad de Gustavo Dalsasso, que salió innecesariamente, y del vertical, que desvió el balón cuando Campos y Del Valle iban a rechazar.
      Los minutos restantes fueron mero trámite. Los penquistas pudieron aumentar, mientras los acereros cayeron en la desesperación, que incluso provocó dos torpes expulsiones. El clásico tuvo pimienta de sobra.

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