Artículo de Diario la TERCERA del 20030627

Última actualización: 20030716

Artículo de Diario la TERCERA (digital) del 20030627

Colo Colo venció 3-0 a Universidad de Concepcion en la primera semifinal del Apertura

Se ilusiona de la mano de "Bam Bam"

Con dos goles de Iván Zamorano los albos dieron un gran paso a la final del torneo. El "Cacique" superó buena parte de sus errores defensivos y, pese a jugar con un hombre menos durante largos minutos, aventajó en jerarquía a su rival.

El duelo Espina vs. Valdivia

Un partido aparte vivieron los volantes Marcelo Espina y Jorge Valdivia. Constantes roces y un áspero diálogo marcaron el tránsito de ambos en la cancha.

El creador de Universidad de Concepción se sintió hostigado por Espina y denunció que el conductor albo lo había "buscado" durante todo el partido. "Todos sabemos que Espina maneja los partidos... De hecho ayer jugó siempre al lado del árbitro, para manejarlo. Sabía que me buscarían para que reaccionara, pero no lo hice, ahora estoy más maduro", afirmó.

Por su lado, el "Cabezón" precisó en parte el porqué de su actitud: "En la cancha hay que poner y meter, y si tuvimos algún diálogo fue porque no me gustó lo que habló de mí, de que yo manejaba a los árbitros. Antes del partido venía diciendo que estaba preocupado por el arbitraje, por lo sucedido ante Católica. Eso no me gusta".

Zamorano parecía intranquilo al borde del campo, pese a que su equipo estaba en ventaja. Miraba a la tribuna (buscando a su novia) y también a Jaime Pizarro. Lucía nervioso. Colo Colo ganaba 1-0, pero Universidad de Concepción estaba atacando por todos los flancos... Hasta que el "Kaiser", tras una breve charla con el delantero, decidió su ingreso. Corría el minuto 72' y el estadio aún no podía relajarse. Pero bastaron algunos gritos de la barra, alentando al cuestionado atacante, para que se iniciara la fiesta.

Primero fue un zurdazo tras un pase de Espina, que tuvo la complicidad del meta Carlos Ortega, pero que igual se metió en el fondo del arco... Y luego, a los 90', un derechazo en el aire que se clavó en el ángulo tras pase de Villarroel. Era la fiesta de "Bam Bam" y un paso importante para alcanzar la final del Apertura.

Los sureños entraron nerviosos, porque Colo Colo quiso imponerse desde el comienzo. Y para eso tuvo que dejar atrás sus propias diferencias, sus disputas internas. Pero puso "garra" y jerarquía.

La jornada parecía tranquila luego del gol de Manuel Alejandro Neira (16'). "Manolito", en una de sus primeras intervenciones en el área, giró para sacar un tiro recto que Carlos Ortega, en una reacción amateur, metió en su propio arco. Después, el guardameta le echaría la culpa a los guantes.

Sin embargo, poco a poco, los del Campanil se soltaron. Jorge Valdivia comenzó a tomar el control de las acciones, pero rápidamente fue controlado... a patadas. Peor aún para los albos cuando Marco Villaseca tuvo que abandonar el campo tras una grosera infracción sobre Segura (33'). Pero esta vez no hubo errores y, pese al dominio, el "Cacique" se paró bien para aguantar y apostó al contraataque. Marcelo Espina fue clave, porque además de ayudar en la marca estuvo claro en la salida y los pelotazos largos. El "Cabezón" tuvo el segundo gol a los 40', pero esta vez el arquero sureño estuvo atento para despejar la pelota sobre el travesaño.

En el otro lado, Jonathan Walker no tenía mucho trabajo. Salvo un par de intentos de Valdivia, que tendrían buen final, la "U" penquista no supo aprovechar la superioridad numérica que tuvo durante gran parte del juego.

Al contraataque

La segunda etapa mostró a los pupilos de Fernando Díaz con más actitud, pero siempre erráticos en la última puntada. A esa altura la presión de los hinchas ya se hacía insostenible y Colo Colo crecía. Para colmo, Mauricio Cataldo, quien había ingresado para capitalizar el juego sureño, también tuvo que irse a las duchas por un manotón a Moisés Villarroel que el defensa albo magnificó.

Pero la suerte estaba echada y "Bam Bam" tenía preparada una sorpresa que reencantó a la gente y que la hizo volver a soñar con el campeonato. Esa ilusión que a mediados de este torneo parecía imposible, pero que hoy ya está al alcance de la mano.

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