Última actualización: 20060516.

Diseño: Rodrigo "Alley'Gator" Hunrichse

Artículo de Diario EL MERCURIO (digital) del 20041021

Sección deportes

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UNIVERSIDAD DE CONCEPCIÓN

La deuda de Meneses

[FOTO DE ÓSCAR MENESES (COLOR)]

Óscar Meneses no lo puede creer. El entrenador sumó un nuevo fracaso internacional a su carrera.Foto:Juan Eduardo López

Malo ha sido el trabajo del DT en competiciones internacionales ante cuadros foráneos. La campaña con el elenco del Campanil no hace más que confirmar el bajo rendimiento que cuajó con la UC.

Cuando Óscar Meneses asume la dirección técnica de Universidad Católica - en 2003, en reemplazo de Juvenal Olmos- no sólo asume la jefatura de un cuadro obligado a ganar en la competencia local. Bajo su mandato, el equipo franjeado debía cuajar una Copa Libertadores tan positiva como la de un año antes, cuando Sao Caetano los sacó de competencia en octavos de final. Y en definición a penales.

Pero no. La UC - que quedó eliminada antes de la última jornada del torneo- sólo ganó una vez (a Cerro Porteño de local) y estuvo lejos de ser un equipo que diera pelea de igual a igual, como sí sucedió con el equipo que adiestró Olmos y del cual Meneses era su ayudante.

Luego, en la Copa Sudamericana, el DT cometió un error gravísimo: subestimó a Cienciano y se presentó en el Cusco con una defensa joven e inexperta. ¿Resultado? El elenco chileno regresó con una goleada de 4 a 0, resultado imposible de voltear en Apoquindo. La Católica ganó 3 a 1, pero quedó la sensación de que con plantel estelar en Perú la historia pudo ser distinta.

Más que la suma, el problema estaba en el juego. Si con Olmos la UC era capaz de luchar en cualquier cancha (de hecho, triunfó sobre Flamengo en el Maracaná), con Meneses el asunto era distinto. Se notaba el temor y, a la larga, eso se tradujo en nefastos resultados.

La revancha

Tras su renuncia a la UC, Meneses agarró la banca de Universidad de Concepción, clasificada (gracias a la magnífica campaña del elenco de Luis Pedro Figueroa, Jorge Valdivia y Mauricio Cataldo) a la Copa Libertadores de 2004. En la conformación del plantel, el DT fue astuto: no modificó el grueso del plantel y sólo se reforzó en los puestos donde había vacantes; en resumen, la manera de jugar no cambió groseramente.

Había sí, una diferencia elemental: Díaz tuvo en Valdivia, un enlace de los clásicos, y Meneses eligió un mediocampo en línea, con dos volantes centrales y dos más abiertos, dispuestos a crear peligro con velocidad más que con talento.

La consecuencia fue la misma. Universidad de Concepción hizo una pésima Copa Libertadores, donde lo único rescatable fueron las dos unidades que consiguió ante el cuadro mexicano de Santos Laguna. Lo demás, sólo bochornos, sobre todo la caída ante Caracas en Concepción, la primera de un elenco chileno ante uno venezolano en Chile por torneos Copa Libertadores.

Concepción empezó el año creyendo en su Universidad, pero a medida que avanzaba el torneo las tribunas del Municipal se fueron vaciando. Al final, no eran muchos los adeptos que alentaban a los amarillos.

Meneses, en todo caso, no se rindió y metió al cuadro en la Copa Sudamericana 2004, eliminando en primera ronda a Santiago Wanderers. Pero llegado el momento de hacer pie ante un cuadro foráneo, su deuda se mantuvo. Universidad de Concepción no fue capaz de ganar en casa y terminó de resignar la clasificación en La Paz, perdiendo por 4 a 2.

El trabajo técnico acaba cuando el partido comienza. De ahí en más, mandan los jugadores. Sin embargo, un porcentaje tan bajo de rendimiento a nivel internacional algo dice. Una lectura es que Meneses afronta las distintas competencias de igual manera, es decir, tome las mismas precauciones del caso jugando frente a elencos chilenos o de otros países.

Otra, es que sus jugadores no sean capaces de aguantar las exigencias que demanda un partido de más alto calibre. Y, como en todo, el culpable sea el técnico.

POCA ALEGRíA

Meneses, en el terreno internacional, solo suma dos triunfos: ante Santiago Wanderers en la Sudamericana.


GOLES DE ARCO A ARCO:

El día que nunca olvidarán

[FOTO DE NICOLÁS PÉRIC(COLOR)]

Nicolás Peric, portero de U. de Concepción, festeja la gracia en La Paz. El golero pasó a la historia al anotar un gol desde su área.

Que el saque de un arquero termine en gol es novedad. Por eso lo realizado por Nicolás Peric en La Paz provocó conmoción. La imagen da la vuelta al mundo, llena de gloria al afortunado y de vergüenza al meta contrario. Y, por lógica, pasa a la posteridad.


Nicolás Olea M.

La escena ya se paseó por el planeta. Minuto 71: el arquero de Universidad de Concepción, Nicolás Peric, saca el balón con su pie derecho, el rechazo da un pique a 35 metros del arco rival y toma velocidad. El meta rival, Mauro Machado, no tuvo reacción ante semejante disparo y vio como la pelota se anidaba en su portería.

Sólo los fanáticos veían el fútbol a esa altura. Bolívar vencía a Universidad de Concepción y el partido se diluía entre el cansancio de la visita y la desidia del local. Pero lejos, muy lejos del "Hernando Siles" de La Paz, algunos corazones se apuraron.

La gracia de Peric se ha repetido dos veces en el fútbol nacional en los últimos 30 años. Wilfredo Leyton, meta del extinto Aviación, le anotó a Teodoro Gantz de San Antonio en el campeonato de Segunda División de 1976. Y el argentino-paraguayo Osmar Brunelli, en 1990, le marcó a Guillermo Velasco de Wanderers.

"Lo tomé con humor"

Antes de hablar del tema, Teodoro Gantz medio exige que se ponga que la UC y Colo Colo se lo pelearon después de que se convirtió en el primer arquero de Segunda División nominado a la selección y el único que tapó tres veces el mismo penal. "En un partido contra Malleco, el árbitro repitió tres veces el lanzamiento, pero siempre lo atajé", dice el hoy jefe de naves en el puerto de San Antonio.

Eso, porque no le agrada que sólo se lo recuerde por el gol de Wilfredo Leyton. "Estábamos en San Antonio y había mucho viento. Wilfredo hizo un saque con el pie, el balón dio un bote en el círculo central, otro en la medialuna del área grande y cuando lo salgo a buscar, lo tomó una ráfaga de viento que se lo llevó".

Gantz tenía diecisiete años entonces. "No dimensioné lo que había pasado... incluso lo tomé con humor". Ahora dice que a Wilfredo le hicieron una entrevista y "dijo que le había pegado fuerte, pero no fue tanto. Si dio un bote en la mitad de la cancha. Él se quiso agrandar pero nunca más lo hizo. Eso me sirvió con experiencia de que con viento hay que jugar entre los tres palos, y me sirvió porque fui bastante extraordinario para el arco".

Aviación ganó 2-1.

"Sentimos impotencia"

Luis Santibáñez dirigía Wanderers cuando a Osmar Brunelli le tocó hacer el gol de su vida. "Siempre me preguntan si reté a Caszely por el penal de 82. He dicho mil veces que no, que cómo le iba a decir algo. Lo mismo me pasó con (Guillermo) Velasco, no le dije nada. Era un arquero promisorio, pero cosas como esas lo marcaron, se decepcionó y se retiró".

Jorge Pérez era una de las figuras del mediocampo "caturro". "Fue insólito. Sentimos impotencia porque en ese momento fue algo inédito y le reclamé a mis compañeros por lo que pasó. Cómo nos pueden hacer ese gol, en las pelotas muertas, que es cuando más concentración hay que tener".

Las explicaciones vuelven a lo climático. "Normalmente pasa eso para el lado del tablero del "Playa Ancha". El viento viene muy fuerte y todos los equipos tratan de aprovecharlo, aunque ahora con la programación de la televisión no se puede jugar al mediodía", asegura el volante de San Luis en 2004.

Aquí el triunfo fue para Fernández Vial por 2-1.

También pasó en la Copa Libertadores

Por el entorno y por lo que produjo, existe consenso de que el mejor gol de arco a arco perteneció el meta uruguayo Daniel Francovig. Fue el 18 de julio de 1987, en el estadio "Pueblo Nuevo" de San Cristóbal, escenario que vio el primer triunfo internacional de un equipo venezolano sobre otro argentino (3-2).

Por la Copa Libertadores, Táchira derrotaba 1-0 a Independiente, cuando los "Rojos" comenzaron a asolar la puerta del local. Para oxigenarse un poco, Francovig no halló nada mejor que patear la pelota bien, bien lejos. Al otro lado de la cancha, el zaguero Hugo Eduardo Villaverde se aprestó para el rechazo, pero su arquero, Luis Islas, le pidió el balón.

"Entonces la pelota dio un bote y, como había llovido, se le metió en el primer palo. Yo venía de vuelta después del saque y giré justo cuando para ver cuando entraba la bola, pero no celebré hasta que el árbitro indicó el centro de la cancha. Fue muy parecido al del arquero chileno", recuerda Francovig, hoy hacendado en la capital del estado de Táchira.

"El fútbol venezolano no tenía trascendencia internacional. Yo había jugado tres Libertadores, pero recién me di a conocer por ese gol. Al año siguiente jugué en Argentina (Deportivo Armenia) y me encontré algunas veces con Islas, pero ni siquiera me miró", dice el arquero.

El DT de ese Táchira, Carlos Moreno, también vio el partido del martes: "Me hizo recordar ese triunfo, fue simpático. La única diferencia es que el gol fue de derecha a izquierda en la cámara. Estaba en el banco y dudé de la validez del gol, porque uno no está acostumbrado de verlo todos los días".

SÓLO DOS

Wilfredo Leyton y Osmar Brunelli son los ùnicos porteros que han hecho goles de arco a arco en el torneo local.


El partido raro

Antonio Martínez

Nicolás Peric, el ágil portero de Universidad de Concepción, tomó la pelota y también carrera, todo dentro del área grande como lo marca el reglamento. Casi al llegar al borde de tiza blanca, hizo lo que hace tantas veces en un partido: un largo saque de área.

Quizás le ayudó la altura de La Paz, alguna ráfaga andina y fue tal la fuerza que le dio a la pelota que cayó a unos 80 metros de distancia, para luego rebotar alto y por eso pasó lo que pasó: un gol de arco a arco. Lo que son las cosas.

Después del gol, la verdad, hubo otro saque parecido del ambicioso Peric, pero esta vez llegó blandamente donde el portero rival que, canchero el hombre, la paró de un salto, de pecho y con displicencia, como diciendo me lo hacen una vez en la vida, pero ya nunca más.

Bolívar derrotó por 4 a 2 al equipo chileno y pasó a otra fase de la Copa Sudamericana, un torneo que es un poco el pariente humilde de la Copa Libertadores.

Universidad de Concepción no se paró mal, pero casi con un delantero huacho por delante, nunca puso en duda un tipo de resultado que ya es costumbre, porque los equipos chilenos como visitantes no gruñen y apenas rasguñan puntos.

El partido se jugó justo el 19 de octubre del 2004 por la noche, horas antes de conmemorar un siglo del Tratado de Paz y Amistad entre Bolivia y Chile, un pacto que ha traído paz, pero no amistad, como todos saben.

En las tribunas del estadio se celebró más el primer tiempo, que terminó 4 a 1, que el segundo período, donde se produjo el impensado gol de Nicolás Peric.

Bolívar es implacable en La Paz y uno de los mejores equipos bolivianos de todos los tiempos y puede que soñaran con una goleada mayor y una humillación de proporciones.

Eso explica lo que los locutores argentinos no lograban explicarse del todo, aunque tampoco fue un tema, pero se produjo un silencio final en las graderías, en los primeros planos aparecían hinchas de rostros serios y adustos y estaba esa sensación que no era de alegría precisamente.

Era un sentimiento neutro, algo gris y quizás triste porque Bolívar hizo lo necesario, claro que no brilló y desde luego el partido no pasó historia, excepto por ese gol bendito.

En rigor lo único importante de ese encuentro en La Paz fue lo de Nicolás Peric, quién lo diría, porque el arquero no jugó bien y hasta se comió un gol, quizás dos, pero nada entró a los registros, porque el detalle que recorrió el mundo entero fue ese gol de factura escasa y de características increíbles. El de portero a portero y a más de 100 metros de distancia, el de arco a arco.

Quizás el gol raro explica esa sensación como de tristeza de algunos hinchas bolivianos aunque Bolívar derrotó a Universidad de Concepción por 4 a 2.

Eso es lo de menos y ni siquiera los fanáticos del Bolívar lo mantendrán en los recuerdos, porque lo que ya se les pegó en la retina y más tarde en la memoria, es el dato inolvidable: lo de Nicolás Peric, que iluminado por unos segundos, fue el protagonista de ese gol de arco a arco. Así es la historia, el fútbol y la suerte.

"Lo único importante de ese encuentro en La Paz fue lo de Nicolás Peric, quién lo diría, porque el arquero no jugó bien y hasta se comió un gol, quizás dos."

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